El padre del detenido Ricardo Ignacio Baladía, el escribano de Morón que el 13 del mes pasado fue detenido a 50 metros de la basílica de la localidad bonaerense de Luján descartando el cadáver descuartizado de su jardinero, denunció a la policía que entraron a su escribanía y robaron varias computadoras notebook, entre otros objetos de electrónica, y dejaron destrozado el lugar, informaron hoy fuentes policías y judiciales.
La denuncia en la Comisaría Primera de Morón, indica que en horas de la mañana de ayer viernes el papá del imputado Baladía, llegó a la escribanía de su hijo de la calle Almirante Brown 1085 y encontró la puerta sin llave y solo arrimada.
El hombre al ingresar pudo constatar que habían robado varias computadoras de escritorio y dos notebook de trabajo entre otros objetos de electrónica, además de dejar todo revuelto.
En el lugar trabajaron peritos policiales de la Comisaría Primera de Morón -con la intervención judicial de la fiscalía 4-, los que tomaron pericias y otros elementos de prueba sobre el robo y dieron por acreditado que los asaltantes entraron con llaves y no hubo forzado de cerraduras.
Los investigadores solicitaron cámaras de seguridad de la zona para lograr captar a los delincuentes en momento de entrar a la oficina del escribano.
Ricardo Ignacio Baladía (56) se encuentra detenido con prisión preventiva en la comisaría de Chacabuco acusado de “homicidio simple”, por asesinar el 13 de mayo de un puñalada en el tórax a su jardinero Alejandro Pereyra (44) luego «fragmentó el cuerpo sin vida de la víctima” y en su auto BMW modelo 528¡ dominio CRE834 “se trasladó hasta la zona ribereña del río Luján cercana a las calles Mitre y Padre Salveire». para hacerlo desaparecer.
El jardinero Pereyra (41) fue asesinado en la escribanía del imputado, ubicada en el centro de Morón, y Luján fue sólo el sitio del descarte del cadáver.
Según la fiscal, allí el escribano «intentó descartarse de los restos sin vida de su víctima siendo advertido en su accionar por el personal policial», que lo detuvo después de que empujara a una mujer policía, intentara escapar corriendo y que un efectivo realizara un disparo intimidatorio.
Entre los testimonios volcados en el expediente, se destaca el de la pareja de Pereyra, Verónica Soñez, quien contó dos conflictos que tuvo con el escribano y que podrían estar ligados a un posible móvil.
Por un lado, la mujer dijo que así como su pareja Pereyra trabajaba como jardinero para Baladía, ella lo hizo en tareas de limpieza y que esa relación laboral concluyó cuando el escribano «le propuso mantener una relación sentimental a escondidas» y cuando la denunció por un supuesto robo en sus oficinas, lo que motivó un allanamiento en su domicilio.
Además, varios familiares del Pereyra declararon que la última vez que lo vieron con vida fue la noche del 12 mayo, cuando el jardinero estaba en un cumpleaños en la casa de su madre y contó que debía ir a retirar unas hojas a lo del escribano, tras lo cual vieron que el imputado lo pasó a buscar por esa casa en un BMW.
El dictamen brinda además datos de la autopsia, que más allá de determinar que la causa de muerte fue una puñalada en el tórax, revelan los detalles macabros del descuartizamiento post mortem que fue realizado con dos elementos distintos: uno dentado compatible con una sierra o serrucho y otro de filo liso y pesado como un hacha.
Con información de Télam