13 de marzo al mediodía. En la finca Los Laureles, ubicada en la Ruta 24 y Laguna Gómez del barrio Los Troncos de General Rodríguez, el ambiente está muy tranquilo. Los lunes es una jornada de descanso y por ese motivo es muy escaso el movimiento interno.
Dedicados desde hace más de 30 años a la crianza de animales de salto para la práctica de equitación, estaban en el lugar los hermanos Ceferino y Jorge Leonforte, oriundos familiarmente de Carlos Casares y dueños del emprendimiento ecuestre.
Mientras se notan animales pastoreando por todo el predio, aparece en escena un automóvil VW Suran color negro, el cual recorre un camino interno de 100 metros que va, desde la tranquera principal, hasta donde se encuentran los box con animales.
Habiendo dos personas desconocidas adentro del vehículo, el primer contacto verbal es pidiendo por parte de los visitantes a los propietarios, algunos detalles técnicos y económicos del pensionado de caballos que existe en el lugar. Mientras comienzan a charlas sobre el tema, también solicitan una botella con agua, aparentando tener algún problema con la refrigeración de la VW Suran.
Habrían pasado entre 5 y 10 minutos de haberse encontrado las partes cuando, al llegar el agua solicitada, repentinamente uno de los recién llegados, extrajo de entre sus pertenencias un arma de fuego y disparó a mansalva a los sorprendidos hermanos. A Ceferino, de 44 años, el único plomo que recibió, le ingresó por la axila izquierda y le tocó el corazón, por lo que su muerte se dio de manera inmediata. Por su parte a Jorge, de 53, le propinaron tres balazos: uno le pegó en el brazo, otro en el muslo y el que más delicado hizo que se encuentre su estado, le ingresó por la fosa ilíaca (parte baja del abdomen), generándole problemas en algunos de sus órganos vitales.
Ante el espeluznante panorama, rápidamente quienes llegaron en la VW Suran se retiraron raudamente del lugar, siendo tomada su salida por parte de las cámaras del club de campo Terravista, ubicado justamente frente a la finca Los Laureles.
Llamando rápidamente al teléfono de emergencias 911, por parte del resto de las personas que se encontraban en el lugar (entre ellas la pareja del fallecido), llegó una ambulancia que trasladó al herido al Hospital Vicente López y Planes, donde se lo logró estabilizar y si bien su estado sería grave, ya no correría peligro su vida.
En la parte judicial, se inició un expediente caratulado “Homicidio”, con intervención de la UFI Nº 9, a cargo de la Dra. Alejandra Rodríguez.
Investigación
Conocido los acontecimientos por parte de los sectores de seguridad rodriguenses, se hizo presente en el lugar la cúpula principal de la policía, encabezada por el jefe distrital Andrés Pitteti. Junto a ellos también llegaron las autoridades municipales encabezadas por el secretario Sergio Fernández.
Mientras se evaluaba lo acontecido, comenzó a realizar su labor el personal de la policía científica, la cual además de hacer un primer estudio junto al médico policial de la víctima, lograron secuestrar 5 vainas servidas calibre 9 mm., y un plomo desnudo.
Las evaluaciones que se hicieron en ese primer instante, no salían de dos posturas claras: la primera un posible ajuste de cuentas por la crueldad con la que actuaron los desconocidos delincuentes y la segunda la posibilidad de un robo, aunque llamativamente de haber sucedido esto último, se habría actuado sin un trabajo de estudio previo, dado que en el lugar no se maneja efectivo, al abonarse las clases y la guardería de los equinos, a través de débitos bancarios.
Pese a esta última aseveración, las informaciones emanadas del círculo íntimo de la familia Leonforte, es que las primeras palabras que habría dicho el herido, referían a que se trató de un asalto, propio de la inseguridad reinante. “Comentó en lo poco que pudo hablar, que los delincuentes antes de los disparos les pedían dinero”, indicó la fuente informativa a nuestro medio.
Igualmente consultados los investigadores, no cierran ninguna de las aristas que se generaron luego del hecho. Por ese motivo se están realizando las correspondientes pericias del lugar, de los objetos secuestrados y principalmente se hará un recuento de los últimos movimientos económicos realizados por los hermanos Leonforte. “Acá no se trata de buscar si las víctimas eran buena o mala gente, sino que para llegar a saber quiénes fueron los autores del hecho, tenemos que tomar conocimiento de un montón de detalles y entre ellos, lo que tienen que ver con el entorno y las relaciones comerciales”, explicó uno de los jefes policiales que actúan directamente en el hecho, quien agregó: “Por el momento lo aportado por los testigos es muy precario, por lo que debemos seguir con las indagaciones”, puntualizó.
Ceferino Leonforte fue velado por algunas horas en la sala velatoria de la firma Bileiro de la calle Intendente Manny y posteriormente, se trasladó el cuerpo a la ciudad natal de Carlos Casares, donde con la presencia de sus padres, se le dio sepultura.