Roque Daniel Sandoval, alias “Dani el Turro” fue detenido en Campana el pasado martes por la tarde. Tenía un pedido de captura por ser considerado el líder de la banda “Los Turros” que se había adueñado de la venta de drogas en la zona del barrio Santa Brígida de Trujui. Esta gavilla era la pesadilla de los vecinos, se habían enfrentado a los tiros contra una organización delictiva rival en el playón de la escuela Nº 8 de Villanueva. A la par de la aprehensión de Sandoval se realizaron allanamientos en Moreno, lugares que ya habían sido investigados por la Policía en el año 2018 y seguían operando. ¿La justicia avanzará en la investigación de una probable connivencia entre estos delincuentes y la policía?
Las denuncias anónimas en el número de emergencias 911, que comenzaron en junio de 2018, se repitieron con frecuencia. Los vecinos de Moreno alertaron a las autoridades una decena de veces. La información aportada era coincidente: el negocio de la venta de droga estaba manejado por un hombre al que se conocía por el apodo de “Dani el Turro”. Los denunciantes lo definían como el «capo» o el «patrón» de la zona. Además, aseguraban que contaba con un grupo armado que protegía los puestos de venta. Todos señalaban a la misma persona, pero durante un año y diez meses el sindicado jefe narco fue una especie de fantasma, nadie podía o quería atraparlo.
Pero los tiempos de libertad para “Dani el Turro”, identificado por fuentes judiciales como Roque Daniel Sandoval, de 47 años, terminaron. El sospechoso fue detenido en Campana por detectives de la policía bonaerense. El operativo se realizó el martes por la tarde en el asentamiento “San Cayetano”. Los uniformados debieron abandonar la zona porque comenzaron a tirotearlos, con Sandoval ya esposado. Ya habían sido apresados sus supuestos lugartenientes y se les había secuestrado droga a la organización que presuntamente lideraba.
Sandoval fue indagado por el juez federal de Morón Néstor Barral y por el fiscal federal Santiago Marquevich por videoconferencia. Sentado frente a una cámara en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro, negó las acusaciones en su contra.
Sin embargo, para los investigadores del caso, según dijeron fuentes judiciales, hay pruebas suficientes para que ese supuesto capo narco continúe tras las rejas. Sandoval cayó preso después de un trabajo coordinado que hicieron funcionarios judiciales dependientes de la Fiscalía General de Moreno y General Rodríguez a cargo del Dr. Lucas Oyhanarte y el fiscal Marquevich, en el fuero federal.
«El caudal de prueba obrante en su contra permite situar a Sandoval en la cúspide de la organización, dando directivas y encargándose del abastecimiento del alcaloide a quienes, en un eslabón inferior, se encargaban de su comercialización a ocasionales transeúntes en precarios puntos de venta instalados para esos fines», sostuvo el fiscal Marquevich en su dictamen.
No fue casualidad que Dani el Turro hubiese sido detenido en Campana. Según informaron fuentes con acceso al expediente, como estaba «marcado» en Moreno (ya tenía un pedido de captura), se instaló en el barrio de emergencia San Cayetano para, en principio, continuar con su actividad criminal.
En Moreno se realizaron dos allanamientos casi en simultáneo con la detención de Roque Daniel Sandoval, donde secuestraron marihuana, cocaína y armas de fuego. Una docena de personas fueron detenidas, entre ellas algunos menores de edad que oficiaban como “soldaditos”, encargados de la protección de los kioscos de droga. Los operativos se realizaron en dos viviendas: una ubicada sobre la calle Astor Piazzolla entre Aeronáutica Argentina y Puccini; la otra en la esquina de Enrique Santos Discépolo y el arroyo Villanueva, frente al campo lindante a la base área de Moreno. Casualmente esos lugares fueron allanados por la Policía el 29 de julio del 2018. En aquel momento el resultado arrojó la incautación de 9 kilos de marihuana, 300 gramos de cocaína y armas. Evidentemente continuaron operando, bajo la misma nariz de la Policía, que por acción u omisión permitió que siguieran vendiendo estupefacientes. En la justicia hay sospecha de que actuaba bajo la connivencia con un sector de la Policía bonaerense.
La organización presuntamente liderada por Sandoval era conocida como la banda “Los Turros” y operaba en el barrio Santa Brígida, de la localidad morenense de Trujui. «Es una banda muy violenta. La organización tenía integrantes denominados soldados que a los tiros ganaban el territorio y se quedaban con los puestos de venta en el barrio Santa Brígida», sostuvieron fuentes judiciales. Justamente esta gavilla fue una de los protagonistas de la balacera que se produjo en el playón deportivo de la Escuela Primaria Nº 8 y Secundaria Nº 32 de Villanueva, donde se enfrentaron a la banda de “Raúl el Misionero”. El hecho se produjo el miércoles 29 de mayo del año pasado, a plena luz del día.
Según se pudo saber de fuentes judiciales, tanto para el fiscal Marquevich como para los funcionarios judiciales de las UFI de Moreno y General Rodríguez, hay pruebas suficientes que acreditan el rol de jefe de Sandoval.
La fiscal Carina Saucedo, a cargo de la UFI N° 2 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez, en un dictamen en que solicitó que se ordenara la detención de Sandoval resaltó los chats que uno de los supuestos lugartenientes del sindicado capo narco tenía con sindicado capo narco, al que tenía agendado como Dany M.
En algunas de las llamadas anónimas, los denunciantes sostuvieron que Sandoval también hacía negocios en la villa 31 de Retiro. En una de las comunicaciones se recordó que la banda se había enfrentado a tiros con personal de la Gendarmería Nacional.
Ahora, según fuentes judiciales, se investigará la operación de lavado de dinero que llevaba adelante Sandoval y quiénes fueron los que le dieron protección policial para que haya podido estar impune hasta su detención.