La salida del Comisario Mayor Walter Dubal Mansilla generó un cimbronazo en el seno de la fuerza policial y en menor medida, en el ámbito político. La llegada de Ramón Negretti, cuestionado tras su paso por la Departamental Mar del Plata, aún genera dudas y rechazos.
Mientras Walter Mansilla se encontraba de vacaciones en el sur del país, el Comisario Mayor Sergio Bianchi, Superintendente de Policía de la zona oeste, llegó durante las últimas horas del miércoles 13 de febrero a la sede de la Jefatura Departamental de Moreno y General Rodríguez. Junto a él se encontraba Ramón Negretti, también Comisario Mayor, quien minutos después se iba a hacer cargo de la repartición.
La orden de reemplazo llegó desde las más altas esferas del ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires. A principio de mes fue asaltada la concejal Claudia Asseff. El hecho fue violento y su hermano, el senador provincial del PRO Aníbal Asseff, reclamó, nuevamente, la remoción de Mansilla. Asseff siempre fue crítico de la gestión de Mansilla al frente de la jefatura departamental. Un nuevo robo a un familiar directo hizo que la presión aumentara. Finalmente Ricardo Casal, a cargo de la cartera de Seguridad bonaerense, cedió ante el insistente pedido. Obviamente contó con la anuencia del Jefe de Policía Comisario General Hugo Matzkin.
Revuelo policial
El cambio causó sorpresa. La mayoría de los jefes que integran la Departamental conocieron el reemplazo de Mansilla casi en el mismo momento en que se produjo. Hubo renuncias, aunque disfrazadas de licencias.
El Comisario Inspector Julio Barragán dejó su cargo como Jefe Distrital de Moreno. Luego de una dura reunión con el flamante Jefe Departamental, Barragán solicitó las vacaciones y quedó vacante su puesto. Esta semana se conoció que la sede de la Distrital se constituyó, al menos provisoriamente, en la Comisaría 1º de Moreno. Barragán aún no fue reemplazado.
Quien se desempeñaba como segundo de Barragán, el Subcomisario Mario Teggi espera destino. Nuevamente tendría en su horizonte General Rodríguez. Teggi, que estuvo más de cuatro años al frente de la seccional 2º de General Rodríguez, sería el segundo en la Jefatura Distrital.
El mismo camino siguió el Comisario Walter Arnaldi, segundo jefe Departamental. Arnaldi decidió dar un paso al costado al día siguiente de la asunción de Negretti, pero ante la solicitud de la superioridad abandonó su puesto recién el sábado 23 de febrero.
Justamente en la Jefatura Distrital de General Rodríguez se generaría un sensible cambio. El Comisario Inspector Julio César Villavicencio dejaría su puesto y asumiría allí el Comisario Daniel Alberto Ibarra, actualmente titular de la seccional 1º de General Rodríguez. El Subcomisario José Moráez -con pasado en la Comisaría 6º de Francisco Álvarez- recalaría en la dependencia vacante.
El estilo que estaría dispuesto a implantar Negretti sería resistido y considerado inviable por algunos de los titulares de Comisarías. No se descarta más cambios en las seccionales.
Revuelo político
Los intendentes se enteraron del reemplazo de Mansilla casi en el mismo momento en que Negretti se hacía cargo en la Departamental. Mansilla, con buen diálogo con el poder político, contaba con algún consenso en las fuerzas oficialistas. Aunque la gestión de Mansilla no estuvo exenta de críticas, algunos funcionarios vinculados con el área de seguridad de los municipios en cuestión consideraron que “con los recursos con lo que contaba, hizo lo mejor que pudo”.
Lo llamativo del caso es la forma en que se produjo el cambio. El mismo fue solicitado por el senador provincia del PRO Aníbal Asseff, un apellido que causa urticaria en la administración West en la comuna de Moreno. El ya mencionado desconocimiento por parte de los titulares de los ejecutivos vernáculos de la decisión de Casal suma más condimentos a la sorpresiva situación.
No es un secreto la línea directa que tiene Asseff con Casal, profundizada desde el momento en que el morenense integró la comisión legislativa que investigó el desempeño de la policía y la justicia en la causa que se instruyó por la desaparición y muerte de la niña Candela Sol Rodríguez. Además su pertenencia a la cámara alta bonaerense en un momento pre electoral, donde Scioli intenta transitar su camino hacia la candidatura para la presidencia de la Nación, hace que el ministro busque más fluidez y entendimiento con el senador, ante la eventualidad de que los sectores más duros del kirchnerismo traben leyes consideradas claves para la gestión del ex motonauta.
Los días posteriores al cambio, tanto Mariano West como Juan Pablo Anghileri recibieron al nuevo Jefe Departamental. Las presentaciones las realizó el Subsecretario Operativo del ministerio, Emiliano Baloira. Los intendentes solicitaron, ante esta circunstancia, la llegada de hombres y herramientas, como una baza de negociación. Al respecto no se produjeron novedades.
Polémica salida
No sumó ante la realidad impuesta, la forma en que Ramón Negretti dejó la Departamental de Mar del Plata, en medio de acusaciones de la creación de una suerte de “Policía Paralela” y el crecimiento de las estadísticas delictuales. El arco político -incluido el senador Asseff, que según sus propias palabras pidió la salida de Mansilla, pero no la llegada de Negretti- está expectante, pero la mayoría evalúa que Negretti llegó con una fuerte “banca” del ministerio. Ahora esperan que este claro apoyo político se traduzca en más recursos para enfrentar la inseguridad.
El silencio del ministerio respecto al reemplazo es entendible. Hace poco más de tres años se produjo el relevo del Comisario Inspector Walter Astegiano de la Departamental de Moreno y General Rodríguez. Las presiones del entonces intendente de Moreno Andrés Arregui hicieron que menos de 24 horas después la cartera de Seguridad diera marcha atrás y repusiera en su cargo a Astegiano. Los altos mandos quedaron molestos por esta situación y decidieron no volver ceder ante los reclamos. Esta fue una de las razones por las cuales el cambio se hiciese con la mayor discreción posible.
Más allá de esto, es claro que Mansilla no gozó del mismo apoyo político a nivel local que su antecesor. La investigación que avanza en la UFI Nº 4 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez por el robo de combustible destinado a los patrulleros -y por la cual hay cuatro uniformados sospechados, además de un funcionario de bajo rango de la municipalidad de Moreno-, pesquisa en la que Mansilla no habría opuesto ningún tipo objeciones ni trabas -no amparándose en un espíritu corporativo-, habría molestado a algunos actores que veían a Mansilla como una persona que se manejaba con criterios propios, desestimando posibles intimidaciones, coacciones o “sugerencias”.
Cambio de paradigma
Negretti fue eyectado de la Departamental Mar del Plata en plena temporada estival ante la presión comunal, política y mediática. Aunque en los papeles Negretti renunció -incluso la Superintendencia Sur de la Policía dio publicidad a un comunicado- dos asesinatos en menos de seis días precipitó su caída en la primera quincena de enero de este año.
Los homicidios de Martín Piva y Néstor La Bella, ambos víctimas de sendos robos, fueron parte de las graves circunstancias que motivaron su salida. También trascendió una denuncia por parte del Foro de Seguridad Municipal de Mar del Plata: “existen denuncias que se encuentran funcionando en nuestra ciudad grupos organizados de policías con la finalidad de cumplir tareas de índole ilegal, que incluirían apremios ilegales, amenazas, mensajes cuasi mafiosos y que inclusive se encuentran en curso varias causas penales al respecto. Uno de esos grupos organizados sería denominado GP5”. Una gravísima acusación, que involucraba tangencialmente, por acción o omisión, al entonces Jefe Departamental.
Aunque Negretti no aceptó brindar entrevistas periodísticas -ya que no estaría autorizado por el ministerio de Justicia y Seguridad- si trascendió que rápidamente marcó su impronta en el trabajo cotidiano de la Policía local. Habría remarcado, a quien quisiera oírlo, que “no tengo causas pendientes ni con la justicia ordinaria ni con asuntos internos”.
Las fuentes consultadas señalan que Negretti busca manejar a la fuerza de seguridad como “una empresa” -muy en boga en el Estado durante la década de los 90 del siglo anterior- y esta postura ya ha generado rispideces con sus subalternos. Su fe en las estadísticas lo acercan a una “administración científica” de los recursos que posee en la Departamental. Algunos uniformados, en estricto off de récord, lo caracterizan como un “burócrata” de poco roce con la realidad cotidiana a la que se enfrentan los hombres y mujeres que integran la institución.
Negretti llegó solo a la Departamental Moreno y General Rodríguez. No tiene hombres de confianza que lo acompañen en la tarea. Hasta ahora no se materializó el “apoyo político” con el que contaría desde el gobierno de la provincia. Los efectivos que prestan servicios son los mismos con los que contaba Mansilla. No llegaron más recursos para impulsar su gestión.
La creación de una escuela de Policía en Moreno -en la quinta que pertenecía a Diego Armando Maradona, zona norte del distrito- y que proveería de hombres a Moreno, General Rodríguez y San Miguel, la puesta en funcionamiento de tres destacamentos más -uno de ellos en ejecución en el barrio Casasco, mientras que los ya construidos en los barrios Marabó, Los Aromos y Güemes de General Rodríguez no cuentan con personal- y la entrega de nuevos patrulleros no soluciona el problema inmediato: la falta de uniformados. Las dificultades financieras de la provincia y las erráticas políticas de seguridad que encararon los sucesivos gobiernos bonaerenses desataron una crisis que será muy difícil de enderezar.
Es innegable que la gestión de Negretti al frente de la Departamental tiene atada la suerte de miles de morenenses y rodriguenses. En este tipo de cuestiones, lamentablemente e indefectiblemente, los errores tiene su correlación en muertos y heridos.